NIVEL INICIAL



El Nivel Inicial es el primer escalón de esta construcción compartida entre la familia y la escuela.
La catequesis en el Nivel inicial  debe entenderse como una iniciación en lo espiritual, como el principio maravilloso del descubrimiento de la Presencia de Dios Padre Creador de todas las cosas, cimiento que echará raíces en los años posteriores.

Durante Los primeros Años de vida el niño posee una capacidad extraordinaria de admiración por lo bello, lo grande, lo creativo. Es la "edad de oro" del interés del niño por el mundo religioso; el mejor momento para iniciarlo en la fe.
El niño siente fascinación y respeto frente a lo sagrado, está en una continua actitud contemplativa y mantiene un trato cordial y de confianza con Dios, como pocas veces en la vida.
En esta etapa capta y recibe la Buena Noticia de manera global, sincrética y totalizadora. Parte de una rica experiencia en valores humanos, para ir descubriendo lentamente la dimensión trascendente de la vida, a la luz del Evangelio.
Durante esta etapa, la imagen de Dios Padre es la que mejor complementa y se adecua a los niños pequeños. Dios Padre, Bueno, Creador, Todopoderoso, Omnipotente es el complemento completo del niño: pequeño, desprotegido, necesitado, dependiente. La niñez es uno de los momentos de la vida humana en que la creatura encuentra naturalmente a su Otro, el Creador. Por este motivo, la catequesis sobre La Creación debe ocupar un lugar central durante esta etapa.

El lema de la Diócesis “En Jesús somos hijos, nos hacemos hermanos y ciudadanos, nos comprometemos”, también busca la hermandad y la fraternidad, comprometiéndonos con los demás y asumiendo un rol activo dentro de la sociedad.
Toda la Catequesis es un encuentro: conmigo mismo, con los demás, con la creación y con Jesucristo, que es el centro de toda la Catequesis. Este encuentro de Catequesis cobra en el jardín características propias, que responden a la edad de los niños y los ayuda a recorrer de la mano de Jesús el camino al corazón.

Se invitará e incentivará a los niños a rezar, ponerse en presencia de Jesús en actitud de silencio y se los iniciará en la oración como forma de vivir y expresar la fe.